Técnica de pintura al fresco

Definición, características y ejemplos

Fresco
Escena de batalla de Thakur Sardul Singh montando un carruaje. El fresco fué encontrado en un cenotafio del sigo XVIII.  Image by Melissa Enderle/Getty Images

El fresco es una técnica artística en la que se pinta sobre una capa de estuco húmeda con pigmentos minerales diluidos en agua. Al secar la cal, con el cambio químico, se aglutinan los pigmentos y se fijan los colores volviéndose insolubles al agua.

Características de la pintura al fresco

El fresco una técnica arcaica que sigue vigente para la decoración de interiores y exteriores por su durabilidad y bajo mantenimiento. Aún se conservan frescos tan antiguos como los del palacio de Knossos en Creta (h. 1800-1400 a.C.).

Lo peor que tiene el fresco es su dificultad técnica. Hay que aplicar los pigmentos antes de que se sequé el estuco, en una jornada de 8 horas, y no es posible rectificar el trabajo de la jornada anterior con la misma técnica. El techo de la Capilla Sixtina es un ejemplo monumental del dominio técnico de Miguel Ángel.

En caso de querer retocar el fresco en seco se puede utilizar pintura al temple, pero ya no se considera un ‘buon fresco’, sino un ‘fresco secco’ y pierde parte de las características del fresco original.

Conviene aclarar que los conceptos pintura mural y fresco ni son sinónimos ni van siempre ligados. La pintura mural puede pintarse con otras técnicas cuyos pigmentos ya están aglutinados (temple, óleo, acrílico) y no necesitan una superficie de estuco húmedo para fijarse. Igualmente es posible pintar frescos pequeños e independientes de un muro. En ocasiones se usa incorrectamente como sinónimo de pintura mural.